Introducción:
El simbléfaron consiste en la formación de adherencias entre la conjuntiva bulbar y palpebral, estas adhesiones pueden también afectar a la cornea y al tercer párpado. Se trata de una patología muy frecuente en gatitos de menos de 5 meses que han sido rescatados de la calle. Los propietarios se los encuentran ya con las adherencias. Suele ser bilateral, pero un ojo está siempre más afectado que el otro. Como cabe esperar, estas adherencias provocarán una serie de cambios no deseados en el globo ocular con mayor o menor importancia para la visión y salud del animal. En este trabajo se hace una reseña con la intención de aclarar el modo de actuar en estos casos.
Etiología:
Se desconoce la causa exacta de la aparición de estas adherencias pero se ha visto que aparece en gatos jóvenes asociado siempre a procesos de conjuntivitis ya pasados, sobre todo a los producidos por Herpesvirus Felino tipo 1 (HVF-1) que produce conjuntivitis y úlceras primarias.(3) Se trata de un virus ADN que tiene afinidad por el sistema respiratorio, no multiplicándose más allá de la laringe.(5,7)
Los gatos nacen con los ojos todavía en desarrollo y cerrados, muchos de ellos se infectan antes siquiera de abrirlos ya que, este virus, se transmite por saliva, lágrima y fómites, por lo que si la madre es portadora, con el estrés de la gestación y lactancia podrá replicar y transmitir el virus a sus crías.(2,8)
Se cree que el 95 % de la población mundial de gatos ha tenido contacto con el virus,(4) ya sea por transmisión o por vacuna, y que el 80% de los gatos tienen el virus latente en el ganglio trigémino y en periodos de estrés pueden liberarlo y transmitirlo.(6,7)
Es muy frecuente que estos gatitos presenten también sintomatología de infección de vías respiratorias altas, pues el Herpesvirus Felino, junto con el Calicivirus Felino, forman la llamada Rinotraqueitis Felina, que es causante del 90% del total de infecciones del tracto respiratorio superior en gatos.(8)
Signos clínicos:
En el momento del diagnóstico, dependiendo de la fase en la que se encuentre el proceso, puede llegarnos el animal con una gran variedad de signos clínicos como blefaritis, epífora, blefaroespasmo, protrusión y adhesión de la membrana nictitante, quemosis, queratitis, úlceras corneales, hiperemia conjuntival, imposibilidad de mover el ojo, ceguera y ojo seco con secreción mucopurulenta.(9)
Es muy frecuente que, debido a las adherencias severas que se forman, los puntos lagrimales de drenaje se vean bloqueados produciendo por tanto epífora(9), así mismo, los conductos de las glándulas lagrimales también pueden verse bloqueados, provocando en las glándulas una atrofia progresiva hasta quedar prácticamente inservibles, produciendo inevitablemente una queratoconjuntivitis seca asociada. En todos los gatos que veamos con este problema, independientemente de la extensión del simbléfaron, se debe hacer un test de Schirmer para evaluar la producción de lágrima.
La calidad de la lágrima también puede verse afectada ya que, por alteración palpebral, se ven afectan las glándulas de meibomio, que producen la parte lipídica de la película lagrimal que evita su evaporación precoz.(1) Por estos motivos se hace imprescindible descartar ojo seco en estos animales.
Como ya hemos dicho, suele ir asociado a Rinotraqueitis Felina, por lo que también podremos ver descarga nasal mucopurulenta, estornudos, apatía y fiebre. Todo ello forma parte del mismo síndrome.
Fig.1: Gatito de 1-2 meses con adherencias de conjuntiva y tercer párpado sobre la córnea, descarga mucopurulenta ocular y ojo seco. Nótese que la totalidad de la córnea está afectada, este gato tiene una pérdida importante de la visión. También se aprecia la presencia de moco en cavidad nasal, compatible todo el cuadro con Rinotraqueitis Infecciosa Felina. En la imagen de la derecha se ve como el otro ojo está menos afectado, pero también presenta una adherencia difusa sobre la córnea. (Caso propio).
Diagnóstico:
El diagnóstico se basa, sobre todo, en el cuadro y en la historia clínica, ya que el simbléfaron aparece solo en gatos jóvenes que han pasado alguna infección conjuntival.(8) En los gatos adultos no se va a producir, el virus queda latente a nivel del ganglio trigémino y en periodos de estrés, puede volver a dar sintomatología, pero no se formará simbléfaron. En gatos adultos, las lesiones más frecuentes son hiperemia conjuntival recurrente y úlceras dendríticas primarias.(6)
Existen pruebas de PCR para identificar HVF-1 pero son poco fiables, ya que un gato perfectamente sano, con infección latente, puede eliminar el virus en la superficie ocular por lo que la tasa de falsos positivos es elevadísima (David J. Maggs, Universidad de California Davis). Por eso, en la práctica diaria, nos basamos en los signos clínicos, la anamnesis y la respuesta al tratamiento.
Tratamiento:
Se trata de un síndrome provocado por un virus por lo que no hay un tratamiento etiológico específico.(8) Hay que destacar que la infección primaria es autolimitante en 10-20 días,(6) pero debemos proporcionar medicación sintomática y medidas de soporte adecuadas como limpieza de las secreciones y fluidoterapia si fuera necesaria.
Se recomienda, además, un tratamiento antibiótico coadyuvante en los casos en los que haya fiebre, depresión, o letargia. La primera opción siempre será Doxiciclina a dosis de 5 mg/Kg vía oral cada 12 horas durante 15 días-1 mes (hasta 42 días). Este antibiótico es efectivo contra Chlamydophila y Mycoplasma, organismos frecuentemente asociados en esta patología que también van a producir quemosis, complicando más el cuadro.(8) La amoxicilina + clavulánico oral (10-15 mg/Kg cada 12 horas. 15 días) es buena como segunda opción.(8)
Los antivirales orales como el Famciclovir se han empleado con éxito a dosis de 90 mg/Kg dos veces al día, o incluso de 40 mg/Kg tres veces al día.(8) Si bien es efectivo, como hemos dicho antes, se trata de una infección autolimitante, por lo que se suelen dejar para casos graves.
Una concentración excesiva de L-lisina puede antagonizar la arginina, que es un promotor de la replicación del HVF-1. La L-lisina oral a 500 mg / gato / 12 horas se puede añadir al alimento para prevención del virus, aunque algunos autores dicen que su eficacia no ha sido demostrada (Thomasy y Maggs, 2016), hay evidencias de que puede inhibir la liberación del virus en gatos latentes.(1) En cualquier caso, sí debería formar parte del tratamiento estándar para Herpesvirus felino.
Como tratamiento tópico, emplearemos antibióticos en colirio como el Cloranfenicol (Colicursí Cloranfenicol®) o la Eritromicina (Colicursí Eritromicina®) a dosis de una gota en cada ojo, 6 veces al día durante un mínimo de 6 días.(1) Puede ser interesante usar una pomada a base de tetraciclinas, que permanecerá más tiempo en el ojo, como Terramicina pomada oftálmica® (Oxitetraciclina) u Ophtocycline® (Clortetraciclina) 3 veces al día en cada ojo. Estos antibióticos son muy efectivos para prevenir infecciones secundarias con Chlamydophila o Mycoplasma. Es preferible el uso de pomadas pero deberemos descartar que no haya úlceras corneales.
El empleo de corticoesteroides está contraindicado, tanto tópicos como sistémicos, pueden “despertar” al virus y producir la enfermedad.(8)
Se deberá usar también Ganciclovir (Virgan Gel Oftálmico®) a dosis de 1 gota cada 4 horas durante 20-30 días.(1) Se trata de un antiviral tópico que va a evitar la replicación del virus a nivel local.
En los casos más graves, en los que se ha perdido la visión y la movilidad del ojo es mínima, se pueden emplear técnicas quirúrgicas basadas en la queratectomía y reposicionamiento conjuntival mediante colgajos o aplicar transplantes de biomateriales en función de la profundidad de la lesión producida.(3) Sin embargo, las corneas de los gatos tienden a formar necrosis corneal (secuestro corneal) en respuesta a una agresión a estas, por lo que hay que valorar el beneficio-riesgo de estas intervenciones.(9) Otra cosa a tener en cuenta, es que existe una alta posibilidad de que se vuelva a formar un simbléfaron tras la cirugía.
Consideraciones generales:
Cuando se presente un gatito con esta patología, debemos considerar que hay presente una infección pasada o presente por Herpesvirus Felino tipo 1. Lo primero que debemos hacer es valorar la visión, descartar ojo seco y úlceras, y valorar el grado de molestia-dolor que el animal padece. En función de esta exploración/anamnesis decidiremos el mejor tratamiento, siempre proporcionado a cada caso. Nuestra intención no será la curación total (el simblefaron permanecerá de por vida), si no evitar infecciones secundarias y el agravamiento del problema. Es importante tomarse el tiempo necesario para explicar a los dueños todas las características de esta patología y las diferentes opciones de tratamiento.
La vacuna contra el Herpesvirus felino es eficaz y aunque puedan enfermar animales vacunados, los síntomas son más leves.(10)
Bibliografía:
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- Gaskell, R., Dawson, S., Radford, A., Thiry, E. (2007). Feline Herpesvirus. Vet Res; 38(2):337-54.
- Gellatt, K. N. (2003). Fundamentos de Oftalmología Veterinaria. Barcelona, España. Ediciones Masson, S.A.
- Gould, D. (2011). Feline Herpesvirus-1: Ocular manifestations, diagnosis and treatment options. J Feline Med Surg; 13(5):333-46.
- Guerrero Moreno, E. (2019). Actualización del complejo respiratorio felino. Bogotá. Universidad de Ciencias Aplicadas y Ambientales.
- Maggs, D. Miller, P., & Ofri, R. (2007). Slatter’s fundamentals of veterinary ophtalmology (4ª ed.). Londres, Inglaterra. W B Saunders.
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- Nelson, R., & Couto, C. G. (2020). Medicina Interna de Pequeños Animales (6ª ed.). Zaragoza, España. Elsevier.
- Peiffer, R., Petersen-Jones, S.M. (2002). Oftalmología de pequeños animales, un enfoque orientado a la resolución de problemas (3ª ed.). Ediciones Harcourt, Elsevier-Saunders España.
- Turner, S. M. (2010). Oftalmología de pequeños animales. Zaragoza, España. Elsevier.